AUTORES: CARLOS AYÓN, JUAN TEDESCO, LEÓNIDAS PONTEL, GUSTAVO ZUNGRI, DIEGO PEREZ GRASSANO

INTRODUCCION: El manejo de la necrosis pancreática infectada (NPI) es un tema de controversia. El tratamiento más aceptado es la necrosectomía abierta que pretende el drenaje y remoción del material infectado. Sin embargo, la alta tasa de morbilidad y mortalidad de estos procedimientos, condujeron al desarrollo de técnicas mini-invasivas. Presentamos el caso de una paciente con NPI que fue sometida con éxito a una necrosectomía mini-invasiva.

DESCRIPCION DE LOS CONTENIDOS: Femenina de 56 años, portadora de NPI, que se rehusa a la cirugía. Presenta cuadro de hiperdinamia febril sin disfunción orgánica con necrosis extensa con inclusión de aire en su interior. Inicialmente se colocaron dos catéteres percutáneos de 12F y posteriormente mediante dilatación de estos trayectos, se recolocaron dos tubos de 30F, que permitieron el pasaje de un endoscopio por uno de ellos y por el otro una pinza de restos. Así, se realizó la necrosectomía semanalmente durante tres semanas, asociando a cada intervalo lavados continuos por ambos tubos. Presentó buena evolución y fue externada para colecistectomía programada en seis semanas.

OBSERVACIONES Y/O COMENTARIOS: Este video permite observar la técnica utilizada (percutáneo-endoscópica) en la contemporización y tratamiento en una paciente crítica por su patología y sus convicciones de no operarse ni hemotransfundirse (Testigo de Jehová), cumpliendo el objetivo de debridar y remover restos necróticos pero con el menor impacto quirúrgico posible. El procedimiento no se asoció a complicaciones y se completó con la colecistectomía laparoscópica. El tratamiento mini-invasivo en la NPI puede ser exitoso en casos seleccionados y manos entrenadas.