Antecedentes: Desde 
                    su creación en 1887, la II cátedra de Cirugía 
                    de la UBA ha aportado relevantes figuras a la historia de 
                    la Cirugía Argentina. 
                    
Objetivos: Reseñar la experiencia de la II Cátedra, 
                      destacando sus figuras más importantes. Relacionar 
                      su funcionamiento con períodos históricos 
                      trascendentes y enmarcar su no tan simple vinculación 
                      con el Hospital Municipal que la cobijó durante 97 
                      años. 
                    Diseño: Estudio restrospectivo
                    Material y método: Se analizan las circunstancias 
                      históricas de la creación de la II Cátedra 
                      en el entonces denominado Hospital San Roque, primer hospital 
                      “asociado” a la Facultad de Medicina. La designación 
                      como primer Titular de Luis Güemes, que no era cirujano; 
                      la particular relación con el gobierno municipal 
                      de turno y el convenio que designaba como Jefe del Servicio 
                      de Cirugía al Profesor Titular designado por la UBA. 
                      Se destacan hitos como el nacimiento de la primera residencia 
                      de cirugía en un hospital municipal; los Profesores 
                      Titulares que dejaron su impronta. Se discute la modificación 
                      de los paradigmas educativos en los finales del siglo XX, 
                      y la lenta desaparición de las cátedras quirúrgicas, 
                      tal como habían sido concebidas en el siglo XIX. 
                    
                    Resultados: Desde su creación, hasta la departamentalización 
                      de la Facultad de Medicina en 1984, la II Cátedra 
                      forjó varias generaciones de cirujanos que trascendieron 
                      las fronteras hospitalarias. Los sucesivos convenios con 
                      la UBA fueron claves, tanto para el desarrollo del Servicio 
                      de Cirugía, como para garantizar el nivel educacional. 
                      Eliminados esos convenios, es imperativo de estos tiempos 
                      redefinir, a la luz de los nuevos paradigmas, los términos 
                      de una relación que debe ser indestructible.
                    Conclusiones: Con sus virtudes y defectos, la II Cátedra 
                      fue una de las protagonistas de nuestra historia. Evocar 
                      a sus hombres nos ayuda a visualizar nuestro presente y 
                      a definir nuestro futuro.