ANTECEDENTES: Las lesiones 
                    de vena cava inferior (VCI) son relativamente raras, de difícil 
                    manejo y alta mortalidad. La causa más frecuente son 
                    heridas penetrantes, seguida por traumatismos cerrados y las 
                    iatrogenias. Su pronóstico depende de la localización 
                    del daño, la presencia de lesiones asociadas, de la 
                    existencia de hematoma retroperitoneal que contenga el sangrado 
                    y el estado hemodinámica al ingreso. 
                    
OBJETIVO: Presentación de caso y revisión 
                      bibliográfica, analizando la conducta inicial y las 
                      complicaciones de ligadura de VCI.
                    LUGAR DE APLICACIÓN: Servicio Cirugía General 
                      de H.Z.G.A. Prof. Dr. R. Carrillo.
                    DISEÑO: Un caso, retrospectivo. Presentación 
                      en lámina.
                    POBLACIÓN: Varón de 15 años. 
                    MÉTODO: Paciente que ingresa shockado con múltiples 
                      heridas de arma de fuego. Se constata en cirugía 
                      estallido de VCI, la cual se liga completamente; sección 
                      de ureter que se repara sobre cateter; lesión iliocecal 
                      por lo que se realiza hemicolectomía derecha con 
                      ileostomía; y sección de arteria humeral que 
                      se repara con prótesis. Se realizó resucitación 
                      agresiva durante intraoperatorio. 
                    RESULTADOS: Se logra estabilización hemodinámica 
                      en acto quirúrgico. Resuelve edema escrotal y de 
                      miembros inferiores consecuente de ligadura de VCI al mes 
                      del hecho. Evolución favorable.
                    CONCLUSIONES: Es fundamental para el pronóstico 
                      de un paciente shockado por hemorragia intraabdominal el 
                      ingreso inmediato a quirófano y la resucitación 
                      en el intraoperatorio, no demorando la cirugía por 
                      intentar estabilizarlo previamente.
                      La ligadura de VCI, a pesar de ser un método agresivo, 
                      es una opción válida realizable por un cirujano 
                      general con baja morbilidad.