Antecedentes: Después de 4 a 6 semanas las fístulas
arteriovenosas deben estar arterializadas, y con un flujo
suficiente para realizar la diálisis.
La fístula radio-cefálica, descripta por Ciminio-Brescia
sigue siendo el método de elección.
Objetivo: Presentar una técnica de poca difusión,
utilizando la vena basílica.
Lugar de aplicación:Hospital público y Centro
privado.
Diseño: Prospectivo.
Población: 11 pacientes con Insuficiencia renal
crónica.
Material y método: Entre octubre de 2002 y julio
de 2005, fueron operados 6 varones y 5 mujeres, cuyas edades
oscilaron entre los 21 y los 97 años, utilizando
anestesia local y sedación, para realizar fístulas
arteriovenosas con la vena basílica antebraquial
y braquial.
Procedimientos de anastomosis, superficialización,
y transposición de la vena , fueron realizados en
2 etapas, con un intervalo de 4 semanas.
Medidas de evaluación: Fue controlada la evolución
postoperatoria antes y después del inicio de las
punciones, evaluando la permeabilidad de los accesos vasculares.
Resultados: De los 11 pacientes, 1 mantuvo la fístula
permeable y sin complicaciones durante 27 meses, luego fue
transplantado.
Otro paciente, con la fístula permeable, falleció
a los 6 meses, por complicación de su enfermedad.
Los restantes 9 pacientes llevan entre 1 y 18 meses utilizando
la fístula, y sin complicaciones. Se continua con
el seguimiento.
Conclusiones: Los accesos vasculares autólogos tienen
mayor durabilidad y menor morbilidad y complicaciones. Con
la transposición venosa basílica se puede
obtener una extensa superficie para canular y realizar rotaciones
adecuadas. Además es un procedimiento sencillo y
realizable también en pacientes ancianos y lábiles
hemodinamicamente.