Las hepatectomías
en pacientes cirróticos está gravada de una
alta morbilidad. La ascitis postoperatoria es la 2da causa
de mortalidad por trastornos en la ventilación, complicaciones
parietales y sobreinfección.
La movilización necesaria en las resecciones convencionales
puede generar más sangrado y por la sección
de conductos linfáticos, mayor producción de
ascitis postoperatoria.
Las hepatectomías laparoscópicas son aún
controvertidas por las dificultades técnicas y limitaciones
concernientes a la localización de las lesiones. Con
una selección adecuada, las ventajas de un abordaje
mini-invasivo podría reducir algunos riesgos postoperatorios.
Lugar de aplicación: unidad de cirugía hepatobiliar.
Diseño: video.
Población: mujer de 82 años, con cirrosis
HCV, que desarrolló un hepatocarcinoma de 5 cm de
diámetro en el segmento 5.
Método: Posición: decúbito lateral
izquierdo a 45°. Dos trocars de 12 mm en posición
umbilical y subxifoidea. Una laparotomía de 6.5 cm
permitió introducir una mano para asistir la resección.
La transección parenquimatosa con electrocoagulación
monopolar, sin clampeo pedicular (Pringle)
Resultados: La duración de la operación fue
de 136 minutos, sin transfusiones. Los márgenes de
resección fueron de 2.5 cm. La estadía fue
de 36 hs en UTI y 72 hs en internación general.
Conclusiones: las resecciones hepáticas laparoscópicas
asistidas son útiles en pacientes seleccionados según
la función hepática, tamaño y localización
de la lesión. Deben efectuarse por equipos quirúrgicos
con entrenamiento en cirugía hepática y laparoscópica.