AUTORES: Mariela Alejandra Montes, Alejo Cruz Paredes, Juan Marcelo Rivaldi, Osmar Andrés Benítez, Marina Roman.
INSTITUCION: Hospital Central Formosa.
Antecedentes: El colgajo miofacial del músculo temporal fue descrito por primera vez por Golovine para la reconstrucción tras la exenteración orbitaria como colgajo pediculado de relleno del espacio muerto. Gracias a su proximidad anatómica a la región mediofacial y a su fácil transferencia, este colgajo se convierte en una excelente elección para la reconstrucción tras la exéresis de tumores en estas regiones con muchas ventajas frente a otros actualmente utilizados.
Objetivo: Presentación de casos.
Lugar de aplicación: Hospital Central Formosa.
Diseño: Descriptivo, Lámina.
Población: Pacientes de Sexo masculino de 70 - 80 años de edad.
Método: Pacientes con tumoración ulcerada de un año de evolución en sien derecha e izquierda. Biopsia: epitelioma basocelular ulcerado e infiltrante, márgenes de resección libre de lesión neoplásica. TAC: formación amorfa de tejido blando superficial en región fronto malar, adosado a la calota. No se observan lesiones osteolíticas.
Resultados: Se practicó exéresis más reconstrucción con músculo temporal por carcinoma basocelular en región parietal. En un segundo tiempo se realiza injerto de piel en lecho cruento de colgajo temporal.
Conclusiones: Este colgajo tiene unas ventajas: es delgado, flexible y sin el tejido celular subcutáneo de los colgajos musculocutáneos. Es capaz de soportar injertos de piel y de nutrir injertos óseos. El sitio donante se cierra primariamente y el déficit funcional es aceptable. La secuela estética se limita a una depresión en la fosa temporal que está cubierta por el pelo. La necrosis del colgajo es rara y las complicaciones tales como la parálisis facial pueden disminuirse si se cuidan los detalles técnicos.
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