AUTORES: Arturo Martín Gorodner, Antonio Terraes, Mario Méndez.
INSTITUCION: Cátedra II Anatomía Humana, Facultad de Medicina, UNNE.
Antecedentes: Los vasos arteriales tóracodorsales constituyen una excelente opción para anastomosar por microcirugía al pedículo epigástrico inferior, al momento de vascularizar el colgajo transverso miocutáneo abdominal. (TRAM). Existen variaciones y anomalías que deben tenerse en cuenta como opciones válidas alternativas.
Objetivo: Disecar los vasos toracodorsales en un número aceptable de modelos cadavéricos, previamente inyectados en látex coloreado, a fin de estudiar las variantes de los vasos toracodorsales.
Lugar de aplicación: Cátedra II Anatomía Humana.
Diseño: Retrospectivo.
Población: Se disecaron 20 fetos mortinatos, inyectados previamente por vía aórtica con látex coloreado con pigmentos naturales. Con magnificación óptica se siguió el trayecto de los mismos y registró con material de fotografía digital.
Método: Disección.
Resultados: Los especímenes estudiados ofrecen entre dos a cinco vasos toracodorsales, de los cuales los superiores y medios pueden observar mayor calibre y variedad para su anastomosis.
Conclusiones: Los vasos toracodorsales constituyen ramas arteriales colaterales de la arteria subescapular. Ingresan a la cavidad axilar por su cara posterior y emite varias colaterales que irrigan la pared lateral y posterior del tórax. Su número es variable. El calibre y la permeabilidad de los mismos permiten anastomosar la arteria epigástrica inferior, de calibre similar, en la confección del TRAM. Dado que las linfadenectomías axilares preceden muchas veces a un segundo tiempo de reconstrucción, es de buena técnica la preservación de la arteria subescapular. Otras opciones válidas pueden ser los vasos mamarios internos o las ramas torácicas superiores o mamarias externas, colaterales de la arteria axilar.
|