AUTORES: Ricardo Ramón García, Nicolás  Actis, Marcelo Enrique Lenz, José Ignacio Pitaco, Emiliano Monti.  
                INSTITUCION: Hospital Naval Cirujano Mayor Dr.  Pedro Mallo.  
            Antecedentes: Las fístulas digestivas externas  postoperatorias (FDEP) siguen siendo en la actualidad una complicación de  difícil manejo; entre el 75 y 85% de las fístulas digestivas adquiridas son  postoperatorias y su mortalidad oscila según las series entre el 5,3 al 44%. Las causas son principalmente:  dehiscencias anastomóticas, perforaciones intraope-ratorias no advertidas,  perforaciones postoperatorias, decúbitos de tubos de drenaje, dehiscencias de  la pared abdominal e inclusión de mallas protésicas por contacto directo. 
                
            Objetivo: Presentar nuestra experiencia. 
                          Lugar de aplicación: Hospital polivalente de alta  complejidad. 
            Diseño: Estudio retrospectivo. 
            Población: De un total de 1193 cirugías gastrointestinales  con apertura del tubo digestivo, se estudiaron 22 fístulas, de las cuales  correspondieron 7 (32%) a mujeres y 15 (68%) a hombres, con una edad promedio  de 54,8 años y un rango etario entre los 16 y 80 años en el período de enero de  2002 a  enero de 2007. 
             Método: Revisión de historias clínicas. 
            Resultados: Se observaron 7 (32%) casos en  cirugía electiva y 15 (68%) en cirugía de urgencia, siendo las causas más  frecuentes la dehiscencia de sutura (54,5%) y la infección de sitio quirúrgico  (41%). El tiempo promedio de aparición  fue de 15 días, detectándose 17 (77%) pacientes con albúmina menor a 3,5 mg/dl,  siendo el 54,4% de alto débito. Se usó la fistulografía en 8  pacientes, utilizándose seriadas esofagogastroduodenales, de intestino delgado  o colon por enema en el resto. La nutrición enteral fue utilizada  en 16 enfermos (72,7%), mientras que la nutrición parenteral total (NPT) se  utilizó en 6 casos (27,27%). Las fístulas de alto débito fueron  resueltas con tratamiento quirúrgico en 13 enfermos (59%), recurriendo a  octreótide y sistema de aspiración-compactación en las de alto débito con  resultado favorable. La tasa de mortalidad fue de 32 %,  todas ellas correspondientes a fístulas de intestino delgado.  
            Conclusiones: El estado nutricional previo es  determinante en la evolución de las fístulas enterocutáneas. En nuestra serie,  la mayoría de los enfermos tuvieron valores de albúmina menores a 3,5 mg/dl. Los estudios contrastados  constituyen una herramienta de gran utilidad, principalmente la fistulografía,  en la determinación de la altura de la fístula. Respecto de la terapéutica, pueden  ser beneficiosos el uso de sistemas de compactación-aspiración, octreótide, y  otros. No obstante, la mayoría fueron resueltos quirúrgicamente. 
              
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