GUÍA PARA ACTUAR FRENTE A UN ACCIDENTE DOMÉSTICO | DR. SANTIAGO SALAS
Durante la época de verano es más común que se realicen actividades al aire libre y quedemos más expuestos a lastimarnos. Ante un golpe, una quemadura o una herida cortante es muy importante saber cómo actuar.
Las heridas se pueden clasificar en: agudas (cuando siguen un proceso de reparación ordenado que restaura la integridad anatómica y funcional) o crónicas (cuando demoran tiempo en cicatrizar, no siguen un proceso de reparación ordenado y no se restaura la integridad anatómica y funcional en tiempo y forma. Habitualmente se reconoce algún factor patológico o local que impide la correcta cicatrización).
Entre los distintos tipos de heridas agudas se encuentran:
* Lesiones contusas o contusiones (golpes): son traumatismos sobre partes blandas del organismo, en los que no se producen lesión directa de la piel. Los síntomas dependen de la intensidad del traumatismo, y por lo tanto, de su gravedad.
Ante un golpe, se recomienda: aplicar hielo (gel en almohadillas) o agua fría sobre la zona afectada, por periodos cortos, durante las primeras 24 horas, para evitar que aumente la inflamación. El hecho de aplicar compresas o baños calientes en las primeras horas puede calmar momentáneamente el dolor, pero producirá una dilatación de los vasos sanguíneos que hará que aumente la inflamación y quizás el dolor.
Si el sector afectado es en una extremidad, se deberá mantener reposo y en alto, lo que contribuirá a bajar la inflamación y calmar el dolor. Si sospechamos que puede existir alguna fractura u otro tipo de lesión más importante, hay que consultar al médico a la brevedad.
En el caso de las contusiones en las órbitas de los ojos no hay que alarmarse frente a la apariencia estética. Se deben aplicar las mismas medidas que para el resto de las contusiones. En cambio si el traumatismo ha sido directo en el globo ocular, hay que consultar a un médico en forma inmediata.
Cuando el golpe es en la cabeza, si después de un golpe el comportamiento es normal, sólo es necesario observación. Sin embargo, resulta imprescindible consultar en los siguientes casos:
* Cuando se observa pérdida de conocimiento
* Si hay agitación o aturdimiento, o cualquier cambio de carácter
* Si se producen vómitos
* Si se observan anomalías de los ojos: pupilas asimétricas, etcétera
* Si existe dificultad para mover un miembro
* Si habla incoherentemente
* Si se queja de dolor de cabeza
* Si se observan hemorragias en el oído, la nariz o la boca, o elimina un líquido claro por los oídos o la nariz
* Heridas por abrasión (raspón): es una lesión común de la piel que se realiza por el roce contra una superficie rugosa. Tiene una forma irregular y va acompañada por un intenso dolor. Dependiendo del accidente, las abrasiones pueden contener cuerpos extraños y mucha suciedad y, por ello, ser más o menos fáciles de infecciones.
Las abrasiones son superficiales, pero dependiendo del trauma que las cause, la piel puede también sufrir laceración (herida más profunda) y necesitar un cierre con puntos para lograr la curación apropiada.
En cuanto a cómo limpiar este tipo de heridas para evitar una infección, la mejor forma es dejar correr agua tibia sobre ella. Usar jabón neutro sin perfume y un paño para limpiar el área periférica de la herida. Si hay partículas de suciedad, usar una pinza limpia para retirarlas.
Una vez que la herida esté limpia, cubrirla con un vendaje limpio y estéril. Esto permite mantener la humedad, favoreciendo el proceso de curación y reduciendo el dolor y la formación de cicatrices. También evita que se ensucie, disminuyendo las posibilidades de infección.
Es importante estar atento ante los signos de infección: enrojecimiento, aumento de la temperatura local, inflamación, sangrado continuo o sin control, aumento del drenaje, dolor que no cesa o presencia de olor feo. Si cualquiera de estos signos se desarrolla, se debe buscar atención médica.
* Heridas cortantes y punzo-cortantes: se producen por contacto de las partes del cuerpo (generalmente manos y pies) con objetos cortantes o punzantes (vidrios rotos, latas, cuchillos, clavos, tornillos, etc.) y pueden ser desde muy superficiales, hasta generar lesiones en músculos, tendones, vasos sanguíneos y nervios.
En lesiones que son superficiales se recomienda limpiar con agua, secar y cubrir con apósitos estériles.
Ahora bien, en heridas profundas cortantes estos deberían ser los primeros auxilios:
* Detener la hemorragia (compresión local)
* Limpiar la herida y el área perilesional
* Colocar una cura compresiva sobre la herida
* Trasladar urgente a un centro asistencial
En el caso de heridas graves se recomienda:
* Detener la hemorragia
* Cubrir la herida con un apósito estéril y procurar el traslado en la posición adecuada, controlando los signos vitales
* No extraer cuerpos extraños incrustados
* Fijarlos para evitar que se muevan durante el traslado y causen nuevos daños en el interior del cuerpo
* Colocar, si es posible, una cura compresiva sobre la herida
* Para inmovilizar, entablillar la zona si hay fractura, antes de movilizar a la víctima
* Traslado urgente a un centro asistencial