Las lesiones por trauma dejan 1.200.000 víctimas fatales cada año en el mundo, por lo que los especialistas destacaron que la prevención y los primeros auxilios son factores fundamentales para saber qué hacer cuando suceden estos hechos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el tercer domingo de noviembre (esta vez el 15 de noviembre) como el Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tránsito.
Por tal motivo, la Asociación Argentina de Cirugía se preguntó si es correcto utilizar la palabra "accidente" cuando las noticias conmueven con escenas de muertes producidas por choques vehiculares, peatones, ciclistas o motociclistas.
Alejandro de Gracia, coordinador Sección Trauma de la Asociación Argentina de Cirugía explicó que por definición "accidente es un suceso provocado por una acción violenta y repentina ocasionada por un agente externo involuntario, y que da lugar a una lesión corporal", "condicionados por múltiples fenómenos de carácter imprevisible e incontrolable."
Por lo tanto, De Gracia señaló que "en la mayoría de los casos lo que vemos en las noticias no son accidentes sino que existe una causalidad en cada evento traumático que podría haber evitado las consecuencias".
"Se estima que las lesiones por trauma, a nivel mundial, dejan un saldo de 1.200.000 víctimas fatales cada año. La cifra es aún mayor -hasta 50.000.000 - si se considera las heridas por traumatismos en el espectro vial. El rango de edad más afectado se encuentra entre los 5 y 25 años", reveló el cirujano.
Al analizar las muertes producidas por trauma, el especialista puso de relieve que "existen tres picos de mortalidad".
"Un primer pico ocurre en aquellos casos que la muerte fue inmediata, debido a heridas gravísimas; un segundo pico que se produce en la primer atención médica donde los esfuerzos por reparar los daños en los primeros minutos del hecho no pueden controlarse a pesar de los esfuerzos de la asistencia médica. Un tercer pico está determinado por las complicaciones de las lesiones luego de semanas o meses del hecho traumático. Ahora, ¿cómo es posible romper esta cadena de sucesos y evitar más muertes?", añadió.
De Gracia comentó que para poder alcanzar una posible solución "es necesario cambiar de paradigma y pensar que ya no se trata de hablar de trauma como un hecho fortuito sino como la enfermedad trauma".
"Al definir una enfermedad debemos establecer las causas que la originan, las lesiones que la caracterizan, los tratamientos específicos que requiere y lo esencial: cuáles son las medidas de prevención que pueden aplicarse. Por tanto el trauma reúne todas estas condiciones para ser considerada otra enfermedad más del siglo XXI", puntualizó. |